domingo, 3 de octubre de 2010

MADRID

Es innegable su belleza, en cada recoveco, cada esquina, cada atardecer.

Y es que la ciudad nunca duerme, nunca acaba de sorprenderte, de perderte, de mostrarte una nueva cara, de enamorarte, cada dia un poquito mas.



Pudiera ser que nunca quise venir aquí, y pudiera ser que no esperaba gran cosa, y eso es lo mejor, las sorpresas de te dan los pequeños detalles, esos que te dejan una sonrisa eterna, de las que te calan hondo.

Podría ser que siento vertigo, con su grandeza, su altura, sus interminables colas, sus distancias infinitas, el no parar de las miles de personas que cada dia recorren sus calles, como hormiguitas de ciudad que nunca se detienen a contemplar su belleza.


Y puedo decir que no desespero, que estoy encantada de esperar a que poquito a poco me atrape.

Podrás leer, imaginar, soñar…. Pero sólo estando aquí, podrás sentirlo.

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