Inmigrante por decisión
propia, y convencida. Pero al fin y al cabo inmigrante afortunada, que siempre
puede volver a su país, que solo tiene que comprar un vuelo para volver a su
hogar sin encontrarle muy cambiado. Inmigrante privilegiado pues, por poder ganar
una experiencia vital y sumamente enriquecedora sin el precio del abandono.
En los días largos,
en las noches en vela, en las madrugadas con hermanos, en los mensajes interminables, en las noticias de esperanza, en el yo me quedo, en el volvere pronto…
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