Mañana
de domingo y por alguna razón estoy abriendo el ojo a las 9am, no se si
es el calor de Madrid o algún chip de mi cabeza que me impulsa, como
decía mi padre, a aprovechar el día además de la noche.
Una
vez levantada decido que lo mejor es ponerme las deportivas y ver que
me depara la ciudad. Opciones nunca faltan pero siempre hay un lugar que
sabe a domingo, a desconexión, y en el que cada día descubres algo
nuevo. Grupos de chavales en cuartetos o quintetos, con instrumentos de
cuerda o de viento, deleitando a la plebe con música clásica o música
Jazz, malabaristas, mimos, showmen, todo lo que quieras y para todos los
gustos. Ese vendito lugar tiene el nombre de parque del Retiro.
Ya
de por sí a diario, el retiro siempre te deja esa sensación de
multiculturalismo, de esa extraña mezcla de arte, deporte y naturaleza.
Estos días, además se celebra la feria del libro, así que seguro que
algo bueno me encuentro por ahí.
Y entre las cientos de personas que abarrotan el carril central que normalmente utilizan patinadores y ciclistas, ahora
hay cientos de puestos con libros. Libros de historia, de cocina,
comics, guías de viaje, manuales de idiomas…. Y cual extranjero en tu
ciudad, vas curioseando de caseta en caseta, pensando que todo lo que
podríais hacer con ese libro de “manual de cocina for dummies” o echando un ojo a ese manual de Portugues y recordando ese propósito de año nuevo de añadir un idioma más a tu CV.
Mientras
esquivas a la marabunta de gente que invade los puestos un domingo por
la mañana, y te mueres de risa por dentro viendo la cola de gente que
tiene Boris Izaguirre, te llama la atención un puesto con libros
náuticos, habrá que darle el punto marítimo al día.

Y
ahí está, el libro perfecto, como si alguien me hubiera leído la mente.
“Historias de partir. Soñar, preparar y vivir un crucero sabático” y es
que después de casi un mes con toda la carga del departamento de
postfixture, de no parar de recibir llamadas de barcos que no llegan en
laycan, de cantidades que no cuadran y demás mensajes top top urgent,
que al final no lo son tanto, lo que más me apetece en este momento, es imaginarme perdida mar
adentro, escuchando el runruneo de las olas en la historia de esa
familia francesa que se decidió a fletar un velero y pasar un año
sabático navegando por el Caribe. Porque a quien no se le ilumina la
cara cuando le proponen una escapada en velero entre aguas cristialinas?? A penas he empezado a leer el libro, y ya me ha convencido con una de sus primeras frases. "Tan sólo significa que estas empezando a entender mejor la conocida frase que enumera 3 tipos de seres: los vivos, los muertos y los marinos." Qué frase, que declaración de intenciones!
Y como dice el protagonista de la historia,"A Dieu vat!" y todo lo demás será una aventura...
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